4 Hecho esto, rogaron al Señor, postrados sobre el vientre, que no les
permitiera volver a caer en tales desgracias, sino que, si alguna vez
pecaban, les corrigiera con benignidad, y no los entregara a los
gentiles
blasfemos y bárbaros.
5 Aconteció que el mismo día en que el Templo había sido profanado
por los extranjeros, es decir, el veinticinco del mismo mes que es Kisléu,
tuvo lugar la purificación del Templo.
6 Lo celebraron con alegría durante ocho días, como en la fiesta de
las Tiendas, recordando cómo, poco tiempo antes, por la fiesta de las
Tiendas, estaban cobijados como fieras en montañas y cavernas.
7 Por ello, llevando tirsos, ramas hermosas y palmas, entonaban
himnos hacia Aquél que había llevado a buen término la purificación de su
lugar.
8 Por público decreto y voto prescribieron que toda la nación de los
judíos celebrara anualmente aquellos mismos días.